Concierto: TNT, Burning Kingdom. Fecha: 16 septiembre.  Lugar: Sala Tótem, Villava/Atarrabia.  Precio: 26/30€.   Asistencia: menos de 200 personas.

Malos tiempos para los conciertos en directo. Crisis, saturación,… muchas excusas pero ninguna válida para justificar que sólo acudiesen dos centenares escasos de personas. Para colmo, aunque no era su debut en Euskadi, tampoco se puede decir precisamente que los noruegos sean un grupo asiduo a nuestros escenarios, pero ni por esas siquiera se medio llenó la Tótem de Atarrabia.

TNT ofreció una descarga que no llenó del todo. Sonaron de fábula, compenetrados al máximo, poderosos, más duros de lo que cabría imaginar, y con punto a ratos casi progresivo altamente gozosos. Ojalá incidieran más por ese camino y no tanto por el melódico que les dio la fama en los 80, aunque esa sea ya una opinión muy personal que no compartirán la mayoría de sus fans.

Lo que nadie podrá poner en duda es que el jefe TNT es el gran Ronni Le Tekro. Lejos de su look hair metal de antaño, el guitarrista luce imagen casi hippie, cinta de pelo incluida. Mago a las seis cuerdas y de recursos y sonoridades infinitas, Le Tekro es puro espectáculo, por como toca y por como lo siente y lo vive. Difícil encontrar a un músico que gesticule más.

Hasta aquí lo bueno. Puntos oscuros fueron la duración, 70 minutos de concierto, la nula producción escénica y la muy irregular actuación del cantante, sustituto de  Tony Harnell, Tony Mills, un tipo que emula a su predecesor, que tiene voz, pero sin personalidad alguna y que al menos en la sala navarra pareció incomodo en todo momento, sin encontrar su sitio, sin comunicación,.. extraño,… y desafortunado. Un gran lunar, junto a la duración, para una banda impecable.

Entre el repertorio, tras un inicio frío con “Hello, hellow”, predominio de cancionero de último CD (“Ship in the night”, “Refugee”, “Barracuda”, “A farewel to arms”), un bestial solo de guitarra en una larga instrumental enlazada con la muy cañera “My Religion” y avalancha final de clásicos 80´s con “10.000 lovers in one”, “Everyones a star”, la muy light “Intuition” y”Seven Seas”. Supo a poco, y no excusa que al día siguiente tuviesen en Madrid el serio test que supone grabar un DVD en directo.

Antes, abrieron los madrileños Burning Kingdom, con mucho nivel. Liderados por el “guitar hero”  Manuel Seoane, con maneras muy Yngwie Malmsteen y de verdad muy técnico, el quinteto brilló con su hard rock melódico precisamente muy en la onda TNT o Van Halen.

Gran cantante, un teclista al que el escenario se le quedaba pequeño y en general una puesta en escena dinámica y enganchona. Aprovecharon la oportunidad, no cabe duda.

Texto: Aitor Zubizarreta

Fotos: Iñigo Malvido

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