Fecha: 5 enero 2012.  Lugar: Sala Akua, Donostia. Interpretes: Su Ta Gar. Asistencia: unas 300 personas. Precio: 12/15 euros.

Como tres años atrás, Su Ta Gar eligió la noche de reyes para presentar su nueva gira en Donostia. El escenario elegido fue esta vez la Disco Akua de Ilunbe, que se estrenaba en estas lides rockeras. El local pareció apropiado en cuanto a acústica, escenario o comodidad en la propia sala, pero Ilunbe no atrae, no hay allí nada y en noches climatológicamente de perros como la del jueves, subir allí es casi una proeza. Da pena ver todo aquello vacío, casi a oscuras y con agua y charcos incluso en la zona cubierta de aquello que se llamó centro de ocio y ahora es una vergüenza. Con todo, la asistencia quedó por debajo de lo esperado y Akua recibió una cómoda media entrada. Seguramente, además de la puñetera crisis, influyó negativamente también el concierto en Sagüés en la Aste Nagusia, muy reciente aún en el tiempo.

Lo que no varió fue la entrega del público, que cantó, participó y apoyó inquebrantablemente al grupo más laureado en la historia del heavy metal euskaldun. Con chavales jovencísimos en primera fila y mucha fémina presente para ser un concierto metal, Suta arrancaron con la poderosa Agur Jauna, para atacar un set list repleto de clásicos de los dos primeros discos. Etsi Gabe, David eta Goliath, Mari, Begira, Jo ta Ke y Zure Atzetik del debut, y Azkar Zuregana, Nazka, Itxaropena y Arbasoen Mendekua de Hortzak Estuturik. Pero el motivo mayor del bolo era presentar el nuevo CD Ametsak Pilatzen, cuya portada ilustraba el telón colocado tras la imponente batería elevada de Galder Arrillaga. Hasta siete cortes sonaron a lo largo de los 110 minutos que duró la descarga, evidenciando que el nuevo material (Poza eta Tristura, Zain Zure Zain, Norbera Bere Ametsen Jabe, Kantarik Politena, el trallazo Piztia, y ya en los bises Ametsak Pilatzen y Beti Tente eta Tinko) ha encajado perfectamente con el repertorio añejo. La otra novedad fue ver en acción por vez primera al joven bajista Igor Díez, al que se vio bien ensamblado al sonido de la banda e interactuando con la pareja virtuosa pareja de hachas integrada por Xabi Bastida y Aitor Gorosabel. Este último, con voz algo más rota desde hace un tiempo, pero aguantando bien el alto ritmo del concierto. En los riffs y solos Gorosabel sigue igual de ágil y hábil, mostrándose seguramente como uno de los mejores guitarristas del país. Tras despedirse con Geroaren Hazi Heziak, los gritos de “Su Ta Gar” del respetable evidenciaban una vez más que los de Eibar habían vuelto a encandilar a sus fieles. A punto de cumplir un cuarto de siglo de andadura, Su ta Gar sigue siendo referente del metal vasco.

Texto: Aitor Zubizarreta

Fotos: Iñigo Malvido

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