Tras tomar al asalto todas las ciudades que les salieron al paso en su regreso a los escenarios del pasado año, Commando 9 mm presenta ahora su nueva artillería. Su nombre en clave es Dios salve a los taraos (Revelde Discos) y consta de quince balazos punk rock igual de matadores que en sus años de gloria en la década de los 80. El trío madrileño mostrará todo su arsenal mañana en Gazteszena, Donostia, junto a los locales Señor No y Barleyjuice. ¡Todo un cartelón y por la cara! La fiesta la monta la radio libre local Ttanttakun Irratia (106.8 F.M.) y habrá también mercado, exposición fotográfica y DJ´s. Hablamos con Manolo Uvi, bajista y vocalista de los renacidos Commando 9 mm.

-¿Tanto te influyó tu estancia en el grupo La Uvi para que aún mantengas su “apellido”?

-Esta claro que guardo un buenísimo recuerdo de La Uvi. Fue mi primer grupo serio, en una época en la que además no había tantas bandas de rock como ahora y te sentías si cabe más identificado a tu grupo. Lo del apellido fue un poco copia a los Ramones, que todos se apellidan igual que la banda.

-Después de La Uvi, vino Commando 9 mm. Grabasteis tres discos y os separasteis en 1991.

-Empezamos con dos muy buenos Lp´s y con el tercero, que lo grabamos con una multinacional como CBS, vino la ruina, no funcionó para nada. Lo único bueno es que encontramos un manager que nos ató buenos conciertos, con buen cachet y hasta hicimos una gira junto a Loquillo. Eran bolos de sacar pasta, pero estabamos muy quemados y la relación entre el batería y yo era malísima. No había buen rollo en el grupo y lógicamente se notó en ese tercer disco. Prefería acabar con Commando que seguir sólo por el dinero y a disgusto.

-¿Qué os animó a regresar en el 2000?

-Habíamos seguido vinculados a la música. Pollo, el guitarrista, estuvo en Corazones Negros y yo en algún grupo para pasar el rato y después de nuevo en La Uvi, junto a Pollo. Al final decidimos que estando juntos no tenía sentido no retomar la historia de Commando. Era como si no hubiera pasado el tiempo. Cogimos un batería nuevo y nos dimos cuenta que aquello era la bomba. Poco después coincidió que el sello Revelde publicó un CD con nuestros dos primeros LP´s completos, y claro, a nadie le amarga un dulce; nos vino muy bien.

-¿Cómo os recibió el público tras diez años de silencio?

-La gente flipando. En los conciertos los comentarios eran “¡Como tocan estos cabrones!”. En estos años hemos aprendido de nuestros errores, somos más listos que antes, pero también hemos seguido mejorando como músicos.

-¿El nuevo CD de estudio confirma que la vuelta va para largo?

-Hemos firmado un contrato para publicar tres discos en tres años, o sea que imagínate. Estamos totalmente centrados en Commando.

-¿Qué sensaciones os han quedado tras grabar nuevas canciones tantos años después?

-Pues que tenemos la misma ilusión que con el primer disco. Hemos currado muchísimo en el nuevo CD, de 6 a 8 meses. Es todo como antes, pero con un batería que nos da una fuerza increíble. Como anécdota hemos metido un tema del primer LP, Johnny coge el subfusil, que en su día parecía que había sido grabado con un ampli de la Barbie. Es un buen tema y nos daba pena que sonara así de mal. La tocamos igual que antes, pero ahora por fin suena bien. En general estamos super contentos con el disco y también con el diseño de la carpeta. Es un producto coherente.

-Mañana actuáis con dos grupos colegas.

-Sí, a Señor No les conocimos hace algún tiempo y desde entonces mantenemos una muy buena relación. Con Barleyjuice lo mismo, tocamos en la Tunk! con ellos y hubo muy buen rollo. Nos gustaron y los trajimos a tocar con nosotros a Madrid, la verdad es que tenemos una muy buena relación. Espero que mañana venga mucha gente porque es un buen cartel y gratis, más no se puede pedir.

Texto: Aitor Zubizarreta