AZKENA. Crítica y fotos jueves
CRITICA OZZY AZKENA
AZKENA ROCK FESTIVAL. Fecha: 23 junio 2011. Lugar: Mendizabala, Gasteiz. Cartel: Bizardunak, Eels, Black Country Communion, The Cult, Rob Zombie, Ozzy Osbourne, Kyuss Lives! Precio: 55 euros.
Arrancó la X edición del Azkena Rock Festival batiendo records, nada menos que 18.456 personas, según datos facilitados por la organización, acudieron a la cita del jueves, convirtiéndose así en la jornada inaugural más masiva en los 10 años de historia del certamen gasteiztarra.

El mito Ozzy Osbourne era el indiscutible referente del día, y probablemente de todo el festival.
Camino de los 63 años, el viejo Ozzy sigue siendo uno de los jefes del panorama heavy, su legado en el buque insignia metálico Black Sabbath esta escrito con letras de oro en la historia del rock duro, y más de 40 años después aún mantiene el tirón popular, pero ya no está para aguantar grandes batallas metálicas. Su descarga en el ARF no llegó a los 70 minutos, y eso apoyándose de “muletas” tipo, sólo de guitarra, tema instrumental (Rat Salad) y sólo de batería, que, concatenados a mitad de concierto, dan más de 10 minutos de descanso al “boss”.

Antes y después de esa tregua, Osbourne, de riguroso negro, se entregó, pero no llegó. Estuvo simpático y lució sin complejos su habitual y a estas alturas de la película entrañable devenir escénico; moviéndose a pasitos, y sin parar de pedir palmas o dar saltitos. Incluso se desmelenó junto al hábil guitarrista Gus G. en algún momento puntual. I Don´t Know encendió el aquelarre, y para la segunda gema, Suicide Solution, ya estaba el bombero Ozzy dándole a la manguera y pasándoselo como un niño empapando a los fotógrafos del foso y a las primeras filas. Sorpresivamente, no hubo más agua en toda la noche. Tampoco había que apagar ningún tipo de fuego porque los ánimos del personal no se llegaron a encender totalmente en ningún momento. Sonó el repertorio Ozzy clásico, la grandiosa Mr Crowley, Bark At the Moon, ya con el “Madman” sufriendo a la voz, o la muy “light” Shot In The Dark, y no faltaron los recuerdos a Black Sabbath con Fairies Wear Boots, muy sólida, y la coreada Iron Man. Crazy Train cerró el set con Ozzy soltando gallitos, y el bis se limitó a repasar Mama, I,m Coming Home y el hit Sabbath Paranoid. Buena banda, con pose heavy y llenando el escenario, nula producción escénica, pocas canciones (10 y la instrumental) y una estrella que se apaga.

Antes, en el inicio del festival, hubo una buena doble ración de hard 70´s y de metal 90´s. La sesión más clásica corrió a cargo de Black Country Communion y The Cult. Los primeros son nuevos como banda, pero perros viejos como músicos. Liderados por Glen Hughes, el cuarteto repasó sus dos discos de estudio sin conseguir enganchar a una audiencia que todavía buscaba su lugar y en general bastante entrada en años, como los protagonistas del cartel. BCC tienen un excelente repertorio, pero no hubo calor, y el sonido no ayudó, realmente no lo hizo en toda la jornada, con una falta de volumen evidente. Cerraron con Burn, de Deep Purple y al grito de ¡Viva España! En Gasteiz no manda Bildu.

Los Cult sonaron mejor, tuvieron mucho más público y mayor respuesta. Lástima que sus dos lideres, IanAtsbury (voz) y Billy Duffy (guitarra) no se crucen una mirada, ni gesto, ni guiño en todo el bolo. Nada de feeling, pero sí un rock seco y personal que todavía convence. Himnos no les faltan.
Rob Zombie, con menor asistencia, trajo el espectáculo; plataformas en primera fila, esqueletos, músicos maquillados y telones de King Kong, el Hombre Lobo y Frankenstein ambientando el terror de serie B musical del ex White Zombie.

Fueron los primeros en actuar de noche y bajo el calor de los focos, lo que siempre ayuda. Metieron cera, no pararon, incluso Rob cantó desde el foso, pero no hubo matices en su propuesta, algo plana, y a la que le faltó tralla industrial, y lo diremos otra vez ¡¡¡volumen!!!
Texto: Aitor Zubizarreta
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