SAXON+GIRLSCHOOL+77
Viernes 16 de Diciembre de 2016. Sala Santana 27, Bilbao
De los que nunca fallan, garantía total. La frasecita más escuchada en las horas previas a la enésima visita de los Saxon a nuestro país. Pero no por ello menos cierta; el quinteto británico, como otros ilustres (pocos) como Doro, Dio o los Motör, han sido siempre valor seguro sobre el escenario, no tanto en estudio, con los altibajos lógicos para una formación que se acerca ya a los 40 años de trayectoria.
Y aunque están ya muy vistos, sus directos todavía enganchan, funcionan, y movilizan a la peña. Como con los ya mentados Dio o Lemmy/Motör, en no demasiado tiempo seguramente también Saxon nos dirá agur y quizá también por eso, Santana recibió a gentes de muy distintas comunidades y aunque no hubo lleno total (el balcón superior de la sala no llegó a abrirse al público), la entrada fue excelente. Y una vez más, pocos o muy pocos, salieron decepcionados. Mentiríamos si dijésemos que fue el mejor bolo de Saxon que hemos visto, pero en verdad que el grupo lo da todo y a estas alturas, poco más se les puede pedir; casi 2 horas de bolo, casi todos sus clásicos, un juego de luces brillante y un sonido también notable salvo en los temas más acelerados y cañeros donde la bola ruido y la saturación (¡maldito doble bombo!) eran evidentes. Echamos en falta el despliegue escénico de Nibbs Carter (ausente en seis fechas por motivos personales) aunque su sustituto al bajo Gus Macricostas le puso ganas. Y claro, mención aparte para Biff Byford, el cantante, líder y el alma de Saxon, que aguanta como un campeón. El reclamo a nivel show era el águila (que no volaba en Euskadi desde sus años de máxima repercusión en los 80, cuando tocaron, como no, en el velódromo de Anoeta donostiarra) pero la novedad fue el homenaje a Lemmy con el cover “Ace of Spades”.
También los catalanes 77 rindieron tributo a Lemmy y aprovecharon mejor que bien sus 40 minutos de teloneros sudando enérgico rock & roll y dejaron el pabellón bien alto antes de las salida a escena de unas Girlschool a los que los años les han pasado por encima de manera drástica. Fueron todo simpatía, pero tras una salida aceptable, su set, de solo 40 minutos, se fue desinflando sin remisión. Amonas del Rock. Así como suena.
Texto: Aizu!
Fotos: Iñigo Malvido
’77
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GIRLSCHOOL
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SAXON
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