The 5.6.7.8,s abarrotan la donostiarra Dabadaba
Concierto: The 5.6.7.8,s. Fecha: 26 octubre 2025. Lugar: Dabadaba (Donostia). Asistencia: Entradas agotadas.
Texto: AITOR ZUBIZARRETA
Fotos: IÑIGO MALVIDO
Domingos al Rock
No hay fecha mala para disfrutar/programar un concierto si la banda tiene interés. Un triste y ya oscuro domingo otoñal se convirtió en una feliz jornada de música en directo que llenó hasta la bandera la donostiarra sala Dabadaba.
Las artífices de semejante éxito fueron The 5.6.7.8,s, llegadas desde Japón, pero de sonido e influencias muy USA. Rock primitivo de los años 50 y 60, surf, rockabilly, garage, riffs entre Chuck Berry y Dick Dale, ritmo, energía muy cruda y diversión son sus credenciales sonoras. Si sumas a la propuesta el exotismo de su procedencia y por supuesto el empujón que les supuso aparecer en la primera Kill Bill de Tarantino, se entiende el tirón de un grupo que sigue funcionando muy bien en el circuito de clubs y salas de todo el mundo y que el próximo año cumplirá su 40 aniversario. Poca broma.
El trío de Tokio atacó de salida en Donostia con tres temazos que a su vez son sendas versiones; “Barracuda” (Alvin Cash & The Crawlers), “I am Blue” (The Ikettes) y la instrumental “Roadrunner” (The Wailers) sonaron impecables y dibujaron una sonrisa en la cara de la audiencia que ya no se borró en los 70 minutos que duró la descarga.
Uniformadas con unos vestidos marrones nada llamativos, las niponas contagiaron buen rollo en todo momento con unas canciones sencillas pero que pese a los años siguen sonando frescas. “Mothra” fue muy bailonga, en “Dance in the Avenue A” sonaron a The Cramps, la rítmica “Dororo” precedió a otra instrumental como “Granada Fuzz” y pasado poco más de medio bolo sonó su gran hit “Woo-Hoo”, cantada por todos. La intensa y poderosa “Bomb the Twist” fue otro de los momentos de la noche, poco antes de la primera despedida tras apenas 55 minutos de show. Corto pero intenso.
Tras aclamación popular, las damas salieron de nuevo a escena con un triple bis que arrancó a ritmo de balada con “You May Dream” y un poco de bajona general, para después venirse arriba grupo y público con la rabiosa “Hanky Panky”, con la guitarrista punteando abajo entre el público en pleno éxtasis, antes de rematar definitivamente con “Telstar”.
No hubo katanas y sangre como en la gran matanza de Kill Bill, pero sudor, cervezas y ritmo no faltaron en un concierto pleno de energía de estas veteranas aún en buena forma.


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