Son tiempos difíciles para las nuevas bandas. Si las ya consagradas han notado una merma importante de público por la dichosa crisis, las que están empezando y no son aún demasiado conocidas se lo tienen que pelear si cabe de manera más feroz para intentar asomar la cabeza. Arriesgar, en una palabra.

Autoeditando sus discos, invirtiendo en potentes video clips, dejándose su dinero, tiempo y  esfuerzo para intentar hacerse un nombre sin la ayuda de nadie.

Dünedain y Zenobia han dado un paso más uniendo sus fuerzas en la gira conjunta “Unidos por el Metal Tour”. El paquete se completa con la grabación para la ocasión del tema que da nombre a la gira, a la venta en sus conciertos en formato CD single, con una canción de cada banda y Unidos. En definitiva, una ambiciosa idea que pone en ruta a dos bandas jóvenes, promesas del heavy metal estatal.

En Bilborock abrieron los riojanos Zenobia, y para los que no conocíamos demasiado de ellos, fueron una grata sorpresa. Tuvieron el lastre de no poder contar por enfermedad con uno de sus guitarristas, que fue sustituido por un músico cercano a la banda. Seguramente esa situación para nada irrelevante pudo restarles por momentos algo de pegada, pero supieron salir del paso con una apuesta de heavy metal total, con algún guiño a Iron Maiden y la influencia de sus paisanos Tierra Santa. Entregados y muy motivados desde el inicio con Icaro, Luchando hasta el final o Enterrado en vida, Zenobia exprimieron su hora de concierto, demostrando que ciertamente son un grupo que vive y siente el heavy metal. A la vieja usanza; alguna balada y mucha tralla. Hubo algún recuerdo a Gotthard y a Dio, y sin darnos cuenta llegó la despedida con las muy aplaudidas Alma de fuego y su himno Lo llevo en la sangre. Lo dicho, sienten lo que hacen.

Tras un rápido cambio de backline era el turno para los de Ávila, los más conocidos Dünedain. También en formato cuarteto, llama la atención de salida su colocación en primera línea de escenario, con el líder, cantante y guitarrista Tony Delgado en una esquina, dejando el centro al bajista y puntual segundo cantante. Dünedain son un valor seguro para los que se engancharon al power metal hace una década con los primeros Avalanch, Warcry o incluso Saratoga. Temas muy pegadizos, pero que no se limitan a lucir solo un estribillo coreable; van mas allá, con un trabajo instrumental muy sólido y muy buenos solos de guitarra. Como Zenobia, Dünedain también demostraron su corazón y sentimiento heavy, aunque quizá les afecto algo más que la asistencia, por la razón que fuera, estuviese por debajo de lo esperado.

Pese a ello lo dieron todo y sonaron fantásticos con Buscando el norte, Fiel a mi libertad, Mi alma sigue en pie, La rosa negra, La tierra de los sueños o Toda una vida. La salida de concierto fue en tromba, sorpresivamente con sus mejores temas casi concatenados uno tras otro. Quizá por ello nos quedó la impresión de que el concierto fue de más a menos. Como cierre a la noche, las dos bandas juntas en escena interpretaron su himno Unidos por el metal. Sin duda, dos grupos a los que la parroquia heavy debería prestar atención. Se lo merecen.

Fecha: 17 diciembre 2010.  Cartel: Dünedain, Zenobia. Lugar: Sala Bilborock, Bilbao.  Precio: 10 euros