THE BEACH BOYS. Los eternos chicos de la playa
Texto: Aitor Zubizarreta
Fotos: Oficiales Jazzaldia 2025 (Lolo Vasco)
Fecha: 23 de julio 2025. Lugar: Kursaal, Donostia. Asistencia: Lleno
A priori, la playa de La Zurriola era el lugar perfecto para el estreno de los californianos Beach Boys en Donostia, pero ante la imposibilidad de uso del gran escenario playero al estar ya ocupado por Jamie Cullum desde muchos meses atrás, Jazzaldia optó por no desaprovechar la ocasión y programar a los chicos de la playa en el Kursaal y en concierto de pago, a la postre, con la entrada más cara en la edición 2025 del Festival de Jazz. No obstante, los 80 euros que costaba el ticket no fueron óbice para un llenazo prácticamente total en el auditorium.
Tras una intro en la pantalla con viejas imágenes del grupo llenando Estadios, recibidos por multitudes en aeropuertos y ciudades como los grandes héroes musicales que fueron en los años 60, a la altura de Beatles o los Rolling Stones, The Beach Boys irrumpieron en escena con la intención desde el minuto 1 de irradiar felicidad, simpatía y buen rollo, el supuesto idílico estilo de vida americano de la costa oeste al que llevan cantando desde 1961; surf, playa, coches y chicas al sol en un paraíso terrenal libre de problemas.
En escena, una actitud positiva digna de elogiar en todos y cada uno de la decena de músicos. Instrumentalmente, BB no son excesivamente complejos pero la alineación no dejaba lugar a resquicio alguno y se vio rápido que sonaría todo lo que tenía que sonar y en su sitio; dos teclados, otras tantas baterías, vientos, percusión y por momentos hasta cuatro guitarras en escena aseguraron matices y todo tipo de detalles en cada composición. Vocalmente, más de lo mismo. Las armonías vocales son marca de casa del grupo y en estos Beach Boys casi todos hacen coros y cantan sus canciones como solista. Y todos lo hacen bien. Así que por momentos el líder Mike Love, en el centro de la escena, parece a sus 84 años que está allí solo para presentar, para legimitizar al grupo por ser el único miembro fundador que persiste en la aventura, pero cuando tiene sus momentos de gloria solista (pocos) se defiende a la voz pero que muy bien. Como el chalado baterista o todos los guitarristas. Ese reparto vocal hace que el ritmo del concierto sea alto, mucho más de lo que cabría pensar, y el show fluya ágil y entretenido, bien acompañado por vídeos de olas, playas y surf. Aunque para video, el que sirvió para homenajear al recientemente fallecido Brian Wilson, autor de la mayoría de himnos del grupo y primo de Love. Un chute de nostalgia en vena.
¿Las canciones? No faltó ni un solo gran éxito del grupo. “Good Vibrations”, “Surfin USA”, “Barbara Annn” (con invitados del público en escena), “Wouldn.t it be nice”, “Kokomo”, la balada “Surfer girl”, “Sloop John B” o la intensa “I get Around”. Más de 30 temas en cerca de 100 minutos de concierto en el que hubo además versiones dispares de Ronettes, The Mamas & The Papas o los Ramones. Si el objetivo último de The Beach Boys es hacer feliz a la gente, en el Kursaal donostiarra lo consiguieron con creces.






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